A trabajar!

Hola amiga,  me  dice al  despertar.   ¡venga , hay que volver a comezar!  ¡como  siempre  para no  dejarme  en paz!    Me  utilizan  todos los  dias,  dos veces o mas,    y yo pienso  que de esta manera no se puede trabajar.   Pero yo no me quejo por el trato  que me  dan.

Cuando  los niños vienen  tengo otra  utilidad.  Se  sientan encima ¡ale a jugar!  arriba, abajo  todo  el rato  igual,  hasta que se cansan  y  alli  me dejan tirada.

Entonces  oigo  una voz  que dice  ponerla  en su sito  que  la  vais a destrozar.   Cuando me ensucio o  me ven  muy  despeina, me meten en la bañera  y me dan una enjabonada;  me  peinan  y me  ponen a secar.   Puesta  en  la galeria veo el  Sol pasar.

Me lo paso  divertido viendo a los demas que van  arriba, abajo, corriendo sin parar.     Yo  me  siento muy  contenta  y  orgullosa  a la paz de los dueños que tengo y el trato que me dan.

Aunque esta  mañana  me ha dado  por  pensar  o cuando  he visto  a mi  ladito  otra  colgada,  era muy  nuevecita,  estaba  por estrenar.

No voy a poner  mala  cara  porque  a todos nos pasa igual;  cuando nos hacemos viejos,  nos  jubilan  y en  paz.

Volví  a oir la voz que decia:  ¡esta  escoba  se ha roto ya !¡ La tenemos que cambiar!.